Felipe Calderón Hinojosa
Alonso Lujambio Irazábal
Alfonso de Maria y Campos
Ustedes en distintos niveles y de diversas maneras son responsables directos de la abolición, del ya de por si exigu
o, estado de derecho que dejaron los priístas.
Ustedes no tienen las manos limpias, como decían en sus campañas, sino llenas de sangre y embarradas con multimillonarias ganancias ilícitas que deja la explotación comercial de los bienes nacionales reservados para su uso común y social o explotación por el estado mexicano, tal y cuáles son nuestras reservas y yacimientos petroleros y metalúrgicos, e inclusive nuestros recursos y reservas bióticas, así como nuestros monumentos arqueológicos e históricos.
Ustedes los “campeones” del empleo; de las manos “limpias”; los que “sí sabían cómo hacerlo” –según rezaba machacona y fastidiosamente su publicidad de campaña
electoral–, han mostrado y demostrado a la sociedad toda, el desprecio y odio que nos tienen.
Por eso mandan matar impunemente a cientos de miles de jóvenes; hacen negocios al margen de la ley: subcontratando en CFE; con los contratos de riesgo en Petroleros Mexicanos; validando a las mineras canadienses para la explotación a tajo abierto en los estados de Zacatecas, San Luis Potosí, Guerrero, Morelos, etc.; concesionando los mantos acuíferos a las trasnacionales Coca-cola, Pepsicola, Nestlé; así como al entregar ilegítima e ilegalmente a Televisa y Ticket Master las zonas arqueológicas, por sólo mencionar algunas de las tantas atrocidades que han cometido.
Cuando ustedes hablan del crimen organizado, millones de mexicanos sabemos que ustedes son el crimen organizado, junto con los dueños de los medios de comunicación y sus 58 testaferros
autollamados comunicadores.
Ustedes son entre otros tantos hechos, responsables de ser la cabeza, el lugarteniente y el sicario del crimen organizado de la educación del pueblo de México.
Ustedes han hecho todo cuanto han podido por terminar con el proyecto educativo nacionalista que daba cohesión social y valores cívico-históricos a la sociedad mexicana. Proyecto que nos distinguió y enorgulleció, y donde no había que predicar lo que éramos, porque de por sí ya éramos así: solidarios y hospitalarios con todos nuestros hermanos. Esa actitud, ni nos la enseñaron ustedes ni las televisoras. La solidaridad y la hospitalidad desinteresada y fraterna era algo que distinguía al pueblo de México. Ustedes han hecho todo cuanto han podido para tratar de conculcarnos esas tradiciones y formas de ser para convertirnos en una sociedad asistencialista que da pero siempre esperando recibir. De allí la violencia que estamos padeciendo en todos los niveles.
No hay un solo espacio de paz ni lo habrá mientas ustedes sigan usurpando los poderes públicos de la nación.
Ustedes han propiciado la muerte de cientos de miles de hombres y mujeres jóvenes y clausurado para todos cualquier expectativa de vida digna y justa.
Ustedes, junto con los jueces, senadores, diputados, gobernadores y presidentes legítimos, nos estorban para imaginar y construir un mundo digno y justo. No los necesitamos.
O se van o nos llevan al cadalso a todos.
Por eso llamamos a la sociedad mexicana a organizarnos y luchar para sacarlos de donde están apoltronados.
¡Por la recuperación de nuestra dignidad!
¡Muera el mal gobierno!
¡Viva la autogestión!
Investigadors INAH
Imprime este volante:
